A pesar de haber sido un jueves ajetreado, la brisa viajaba con calma y el entusiasmo la rodeaba con fuerza. La sala se iba llenando de gente diversa, predominando la platea joven. Algo que me resulta satisfactorio a la hora de compartir un film, creo que había mencionado anteriormente que el peso de sus reacciones durante el metraje me enriquecen la experiencia y, en esta oportunidad, fue impagable pues la cinta es una montaña rusa de emociones, en donde la tensión es interrumpida para luego aparecer en el momento menos esperado. Cada uno de los relatos tiene su marca y estilo influenciado bajo el mismo nexo cuya intención es, lisa y llanamente, que la pases mal con su desarrollo y conclusión.
La excelencia que destila desde la pantalla es indiscutible y va desde el manejo de la cámara hasta el estilo visual tan variado que plasma en cada uno de las historias; Vale la pena mencionar los planos que elige captar. Las actuaciones están a la altura de las circunstancias y nos brindan un panorama creíble. El guión escrito a puño y letra del mismo director tiene un sello distintivo que permite generar, en muchas ocasiones, cierta empatia con los personajes y, además es increíble como se narran las secuencias con mucha argentinidad, pero a la vez, situaciones que pueden influir de manera universal. Situaciones que, fácilmente, pueden suceder de la noche a la mañana, es decir, el termino ficción es completamente cuestionable y conlleva a identificarse (En especial con "Bombita" por que, seamos sinceros, todos aquellos que recorremos la gran ciudad regularmente, hemos sido víctimas de la burocracia) con algunas de las historias.
Concluyendo, "Relatos Salvajes" es una de las experiencias cinefilas mas placenteras que he tenido la oportunidad de tener en estos últimos tiempos. En serio, nunca tuve esa vorágine de sensaciones tan amplia en una sala de cine y repito algo que se dibujo en mi mente al momento de terminar el film: "Szifron, te fuiste al carajo". Debe ser la primera vez que escribo una palabra altisonante en este portal... pero la película lo amerita. Imperdible.